Ventajas de la educación bilingüe en la infancia

Dominar más de un idioma se está convirtiendo en una necesidad imperiosa en nuestra sociedad. Y nunca es pronto para empezar a aprenderlos. De hecho, los expertos en educación indican que, cuanto más pequeños son los niños, más fácil les resulta aprender una segunda lengua y, por lo tanto, convertirse en bilingües.

Conocer más de un idioma no tiene necesariamente que significar ser bilingüe.

Se considera que un niño – y un adulto – es bilingüe cuando tiene la capacidad de ‘entender, comunicarse y expresarse de una forma clara, perfecta y precisa, en dos idiomas distintos’.

Para los niños de padres inmigrantes, y para los nacidos en algunas comunidades autónomas españolas, el bilingüismo es una realidad desde su nacimiento.


Las ventajas del bilingüismo


Conocer más de un idioma es una fuente de riqueza muy importante para cualquier niño, ya que esto implica también profundizar en otra cultura, valores e historia.

Si los niños aprenden los dos idiomas a la vez desde niños, consiguen que su inteligencia se desarrolle más rápido y mejor. De hecho, se puede hablar de un aprendizaje precoz, que permite que el niño pueda usar los dos idiomas a la vez prácticamente desde el momento que empieza a hablar.

Este bilingüismo tan inicial representa numerosas ventajas para los niños que lo experimentan. Para empezar, su capacidad de comunicación e información es mucho mayor, ya que tienen la capacidad de leer y escribir en dos idiomas distintos. Esto implica que su educación será mucho más rica, ya que podrá acceder a conocimientos muy diferentes. Y tampoco se puede dejar de lado el hecho de que estos estímulos educativos repercutirá en su creatividad y en su flexibilidad de ideas, lo que les convertirá en personas más abiertas a cualquier realidad cultural.


Como conocer dos idiomas a la vez


Un niño empezará por hablar el idioma que escucha en la calle y en su hábito más social, ya que esto condiciona su capacidad de relación con la gente de su entorno. Pero las familias en las que uno de los padres habla otro idioma materno buscan que su hijo también lo hable. Y esto solo depende del interés que pongan los progenitores en ello: mientras el padre o la madre le hablen en su idioma, el niño acabará aprendiéndolo.

Algunos padres consideran que el bilingüismo a una edad tan temprana puede significar un obstáculo para su desarrollo. Esto no es verdad, aunque hay que reconocer que es normal que, en algún momento, el niño sufra un pequeño ‘desajuste’ entre los dos idiomas que conoce. No hay que preocuparse en absoluto, ya que son pequeños errores que se corrigen con el tiempo.

Los expertos consideran que los niños que hablan más de un idioma son más creativos y tienen más recursos de aprendizaje. Si se les introduce en el bilingüismo de modo natural, los pequeños acaban adaptado sus esquemas cerebrales a este proceso, para que les sea más fácil el aprendizaje. En principio, todo depende de la naturalidad y la tranquilidad con la que se introduzca el nuevo idioma, sin coacciones.